Las mejores canciones de Luis Eduardo Aute


Naves quemadas


Hay que tocar
los confines del agua por si hay tierra
y conquistar
al salvaje animal que tu cuerpo encierra
y declarar
los principios del fin de cada guerra
de la vida.

Porque vivir
es navegar
tras un espejismo
detrás de un abismo
sin vuelta atrás,
porque atrás
tan solo queda el mar
y todas las naves quemadas.



Quiereme


Quiéreme, aunque sea de verdad,
quiéreme, y permíteme el exceso,
quiéreme, si es posible, sin piedad,
quiéreme, antes del último beso.

Quiéreme, haz que se incinere el mar,
quiéreme, como el vendaval que pasa,
por el resto de una brasa
dentro de un glaciar.



Alevosía


Más que amor, lo que siento por ti.
es el mal del animal,
no la terquedad del jabalí,
ni la furia del chacal...
es el alma que se encela
con instinto criminal,
es amar,
hasta que duela.

Nada envidio a la voracidad
de tu amante más letal,
ella espera tu fatalidad,
yo pretendo lo inmortal.



Sin tu latido


Luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.



Esta noche


Que sepulte la utopía
dame clases de poesía
con tu cuerpo esta noche

Que incineren los glaciares
voy a hundirme en los mares
de tu cuerpo esta noche, esta noche



Arrebato


Contigo quemaré los días
y encenderé las noches,
los soles serán energía,
las lunas, un derroche...
Al fuego irán las felonías
de popes y fantoches
con nuestras propias cobardías
de culpas y reproches...



La barbarie


La Verdad, ante el espejo,
no se ve cuando se mira,
la han cegado los colores
del cristal de la mentira,
aleluya.

Nadie escapa al disco duro
del control Inteligente,
hasta Dios es vigilado
por el ojo Omnipresente,
aleluya

Luis Eduardo Aute


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